Por Felipe Lobiano
Hoy en el día de la naturaleza, me gusta hacer mi rutina más lenta, concientizar el ritmo y regular los tiempos para que se sientan más orgánicos, con un poco de nostalgia de saber que muchos cambios ya son irreversibles. Hago este ejercicio para sintonizar con el lugar que habito, la cuenca de santiago, y toda la biodiversidad que sobrevive y se abre paso entre el concreto.
En esta cuenca han residido distintas generaciones de personas, por miles de años y es evidente que la tecnología desarrollada en los últimos siglos ha permitido materializar este inusual paisaje.
Para los pueblos originarios, la naturaleza no es sólo un conjunto de recursos a disposición, sino que es un ente vivo y sagrado al que debemos respeto y consideración, quienes han sido parte de la naturaleza durante miles de años, han desarrollado una profunda relación de armonía y respeto con ella.
La vida en el planeta lleva millones de años adaptándose a las condiciones climáticas y su relación con el sol, y seguirán adaptándose con seguridad, por esta certeza es que en la biomimesis y el diseño bioinspirado toman cada vez mayor relevancia en estos días, ya que permiten conjugar todos los avances tecnológicos de la sociedad, con la sabiduría que por miles de años la naturaleza ha desarrollado para mantenerse actualmente vigente. Se podría decir que lo mejor de los 2 mundos(?).
Actualmente nos encontramos en un panorama complejo,inmersos en una crisis climática en la cual, nuestra mejor maestra para cualquier solución, en términos de eficiencia, eficacia y/o sustentabilidad, se encuentra al límite, saturada. Estos límites, limites planetarios sugieren una serie de umbrales para procesos fundamentales del planeta que, en caso de ser superados, pueden poner en peligro la habitabilidad del planeta, estos límites incluyen la biodiversidad, la contaminación del aire y el agua, y el cambio climático.
En definitiva, la naturaleza no solo permite que vivamos, sino que también a nivel de conocimiento sigue ejemplificando y guiando nuestro desarrollo tecnológico, si tan solo la tecnología se ajustara al ritmo de la naturaleza y regulara sus tiempos para que se sientan más orgánicos, probablemente las soluciones que buscamos sean más sostenibles a plazos más extensos, lo que dura una vida.