El pasado 31 de mayo, se llevó a cabo la Cumbre Global de Ciudades Basura Cero organizado por GAIA y Zero Waste Europe, donde destacados líderes locales compartieron experiencias y estrategias para construir ciudades resilientes y combatir el cambio climático a través de la reducción de residuos. A continuación, presentaremos las intervenciones de tres destacados ponentes.

Ana Albornoz, Alcaldesa del Municipio de Santa Juana, en la Región de Biobío, Chile, compartió la experiencia de su ciudad, que cuenta con una población de aproximadamente 14.000 habitantes. Albornoz destacó que su municipio se enfrenta a desafíos, ya que la constitución chilena favorece en gran medida la propiedad privada y no prioriza la protección de la naturaleza. Sin embargo, a pesar de estas dificultades, Santa Juana ha logrado establecer una planta de reciclaje y compostaje, convirtiendose en un ejemplo para la región LAC. Además, se ha capacitado a los ciudadanos para que aprendan a clasificar adecuadamente sus desechos y se han establecido puntos de recolección y centros de reciclaje y compostaje. El compost obtenido se entrega a los agricultores de la comuna, creando así un círculo virtuoso. Esta iniciativa ha generado empleos y ha apoyado a emprendimientos locales, como fincas orgánicas, con el objetivo de lograr autonomía y autodependencia alimentaria. Sin embargo, Ana Albornoz mencionó que actualmente enfrentan dificultades debido a la falta de personal capacitado y la prioridad que han tenido que darle a la recuperación tras un gigante incendio hace algunos meses.

Segundo, Jon Kortajarena, representante de Garbitania Zero Zabor en Hernani, País Vasco, compartió los logros obtenidos en su región. En el año 2023, tres ciudades obtuvieron la certificación Zero Waste: Usurbil, Hernani y Astigarraga. Estas ciudades enfrentaban diferentes desafíos, ya que tenían áreas urbanas, zonas rurales extensas y una amplia zona industrial, lo que generaba una gran cantidad de residuos. Para abordar esta problemática, implementaron un servicio público de recogida selectiva Puerta a Puerta. Además, se llevaron a cabo campañas comunicativas y de sensibilización constante, incluyendo reuniones en cada barrio y actividades en escuelas. Los resultados han sido positivos, logrando un alto porcentaje de residuos recogidos (entre el 75% y 80%). Además, se ha reducido significativamente la cantidad de rechazo de clasificar los residuos. Por ejemplo, en Hernani, se logró reducir a 67 kg por habitante al año en 2022, y en Usurbil, a 56 kg. La calidad del material recogido en el sistema de recogida selectiva también es excelente, con menos del 1% de impropios. Este enfoque ha creado nuevos puestos de trabajo, tanto en el personal de recogida como en el equipo de coordinación, y también ha generado empleos indirectos. Jon Kortajarena enfatizó la importancia de diversificar la recogida selectiva, además de la Puerta a Puerta, y de intervenir y prevenir la producción de residuos desde su origen.

Por fin, Freddy Coronado, especialista en el área residencial de Basura Cero del Departamento de Medio Ambiente de la ciudad de San Francisco, Estados Unidos, compartió las acciones llevadas a cabo en su ciudad. San Francisco ha establecido ambiciosos compromisos en su plan de acción climática, denominado San Francisco Climate Action 0 80 100, para 0 Residuos y 0 Tóxicos, 80% de Transportes con Bajas Emisiones de Carbono y 100% de Energías Renovables.

Entre estos compromisos se encuentran reducir en un 50% los residuos enviados a vertederos para el año 2023 y disminuir en un 15% la generación de residuos sólidos municipales para 2030. Para lograrlo, se implementó la Ordenanza de Reciclaje y Compostaje Obligatorio de San Francisco en 2009, que establece que todas las personas deben separar sus residuos en reciclables, compostables y basura. Hoy en dia, el 97% de la población cuenta con tres contenedores, pero no significa que se utilizan correctamente. La ciudad cuenta con una planta de compostaje, una de las más grandes de Estados Unidos, que produce diariamente más de 6.000 toneladas de compost. Gran parte de este compost se vende a granjas de agricultura orgánica, como los viñedos de California. Coronado destacó que el compost no solo beneficia al sector agrícola, sino que también contribuye a mitigar el cambio climático, convirtiendo el compostaje en una de las soluciones más simples y efectivas.

Aunque existe un apoyo considerable por parte de la población, Coronado mencionó que la ciudad sigue enfrentando el desafío de una cultura de consumo abundante. Como estrategia, se ha implementado un sistema de tarifas que incentiva a pagar más a quienes generan más residuos. 

En conclusión, la construcción de ciudades resilientes a través de la implementación de medidas de basura cero es un desafío complejo pero necesario para hacer frente al cambio climático y promover la sostenibilidad. Las experiencias compartidas en la Cumbre demuestran que la capacitación ciudadana, el fomento del compostaje y la educación son elementos clave en este proceso. La construcción de ciudades basura cero es un camino hacia la resiliencia y la protección de nuestro planeta, y es fundamental que se promueva y apoye en todas las escalas, desde lo local hasta lo global.

Por Iris Arnould