Por: Belén Alvarez y Javiera Castro

El domingo 20 de marzo se dio a conocer el fallecimiento de Adriana Hoffman, a sus 82 años. Defensora incansable del patrimonio natural de Chile. Su legado quedó plasmado en la historia medioambiental, debido a que fue pionera en investigaciones ambientales y divulgación científica, donde promovió constantemente el cuidado de los bosques nativos y la naturaleza.

Nació en Santiago en 1940,  hija del médico chileno, Franz Hoffman y de la psiquiatra Helena Jacoby, quienes la inspiraron en su amor por la naturaleza. Es reconocida como la botánica más influyente del país. Cuando era una niña siempre le interesó su entorno natural, estudiaba los bichos, observaba los distintos paisajes y le gustaba caminar por distintos senderos, contó en el libro “Homeostasis” de Felipe Monsalve.

Durante los años noventa, desde la ONG Defensores del Bosque Chileno, Hoffman empezó a proponer distintos temas relacionados con el cuidado de la naturaleza. Esto la ayudó a posicionar en la agenda pública los temas relacionados con el cuidado de la naturaleza. Su amor y dedicación la llevaron a destacar en distintas instancias. Fue reconocida en múltiples ocasiones a nivel mundial, como sucedió en 1997, cuando la Organización de Naciones Unidas la reconoció como una de las 25 líderes ambientalistas de la década de los 90. Dos años más tarde, recibió el Premio Nacional de Medio Ambiente.

Su amigo, el fotógrafo Felipe Orrego, con quien recorrió Chile buscando flores y plantas, dijo en una entrevista para “Ladera Sur”,  que Adriana tenía una gran conexión con estos seres vivos. “ Si había una planta extremadamente escasa y difícil de ver, ella la encontraba sin ningún esfuerzo. Ella sentía las plantas”, manifestó.

Realizó diversos viajes nacionales para conocer la naturaleza chilena. Sus descubrimientos relacionados con el mundo medioambiental, quedaron plasmados en 12 libros. Hoffmann publicó libros sobre botánica y medio ambiente mucho antes de que el cuidado de la Tierra fuera un tema relevante en la agenda pública. Algunos de sus libros han sido referentes para los niños chilenos, como el titulado: “De cómo Margarita Flores puede cuidar su salud y ayudar a salvar el planeta”, publicado en 1990.

Su trabajo ha sido reconocido muchas veces. El Ministerio del Medio Ambiente lanzó en el 2015, la Academia de Formación Ambiental Adriana Hoffman, que tiene como principal objetivo impartir cursos para formar a líderes ambientales y entregar educación ambientalista a los jóvenes chilenos.  Con respecto a sus metas personales, en el 2018 vio como uno de sus más grandes sueños se hacía realidad, fundó un centro de educación ambiental  en el Parque Cantalao, luego de haber presentado la idea hace más de diez años, esta organización es abierta para todas y se desarrolla en una ambiente rodeado de naturaleza para que los interesados puedan cuidar y aprender como lo hizo Adriana.

Sin duda, Hoffman ha dejado una gran huella en el cuidado medio ambiental. Para muchos jóvenes chilenos y del mundo ella ha sido una inspiración para cuidar lo que nos rodea. Adriana fue una mujer que generó múltiples ideas y siempre se preocupó por la naturaleza. Con su partida, es importante mantener su política de vida y cuidar  la naturaleza, esa es la mejor forma de honrarla.