La ley #ChaoBolsasPlasticas, también conocida como Ley 21.100, es considerada una de las medidas más importantes que se han tomado en Chile en materia de protección del medio ambiente y reducción de la contaminación por plásticos. La ley entró en vigencia el 3 de agosto de 2018 y establece que los establecimientos comerciales, tales como supermercados, tiendas y otros, no pueden entregar bolsas plásticas a sus clientes para transportar sus compras.»En su lugar, deben ofrecer alternativas que contengan un mayor porcentaje de material biobasado».
Sin embargo, a medida que se implementa la ley, se han identificado varias brechas en la ley que obstaculizan su capacidad para lograr sus objetivos. De hecho, la cantidad de bolsas a reciclar había disminuido en el periodo 2018-2020, pero en 2021 aumentó un 5% con respecto a 2020, principalmente por la importación de bolsas plásticas, lo que demuestra la necesidad de mejorar la implementación de la ley.
Durante un conversatorio reciente dirigido por la fábrica chilena de bolsas reutilizables y sustentables UNIBAG, se discutieron algunas de estas brechas y se propusieron soluciones para abordarlas. Entre las principales brechas de la ley identificadas, se destacan las siguientes:
Así, la solicitud de UNIBAG consiste en un cambio normativo modificando algunos artículos y creando un reglamento para la ley. Exige prohibir las bolsas plásticas de comercio con cualquier porcentaje de polímeros derivados del petróleo y exigir certificación de bio basada para comprobar materialidad y evitar el greenwashing. También se propone prohibir todas las bolsas plásticas de comercio de un solo uso, incluyendo las biodegradables y compostables, a excepción de las bolsas compostables desechables para embalaje primario de alimentos. Además, se requiere que las bolsas reutilizables permitidas sean bio basadas y compostables, y que los fabricantes o importadores de bolsas cuenten con un plan de manejo post-consumo. Finalmente, se sugiere establecer un portal de denuncias y un registro para fabricantes, importadores y comercializadores.
Al final del conversatorio se discutieron puntos como la necesidad de definir claramente los términos y conceptos utilizados en la ley propuesta y la importancia de contar con un portal de denuncias fácil de usar para los consumidores. También se planteó la inquietud sobre el impacto de la creación de bolsas más resistentes, ya que esto requiere más recursos, y puede resultar contraproducente si la mayoría de la gente simplemente las tira a la basura.
UNIBAG ha mantenido reuniones con el Subsecretario de Medio Ambiente, con los presidentes de la comisión de medio ambiente del Senado y de la cámara de Diputas, quienes se mostraron sorprendidos por las brechas identificadas en la ley y la magnitud del problema. Ambos están de acuerdo en la necesidad de interpelar al gobierno sobre el tema. Ahora, UNIBAG está en la fase final de elaboración de propuestas de modificación de la ley en colaboración con actores clave de la sociedad civil en temas ambientales.
Escrito por Iris Arnould