¿Has sentido alguna vez que el calor te pone de mal humor? ¿que no te deja descansar ni dormir bien? ¿O tal vez que te fatigas, sientes que te vas a desmayar o que te disminuye la energía? Esto nos pasa a muchas personas, pero dichos síntomas tienden a ser más graves si es que una persona presenta problemas de salud mental o se encuentra viviendo en zonas altamente vulnerables frente a estos cambios bruscos de temperatura, por lo que es importante visibilizar que la crisis climática, específicamente, las olas de calor que generan incendios y aumento de la contaminación impactan negativamente en nuestra salud mental y deterioran nuestro bienestar. Sin embargo, en los servicios de salud ni en la política pública nacional se habla de este tema, lo cual tiende a ocultar el efecto que tiene para nuestra salud mental este fenómeno de altas temperaturas que va cada vez en aumento, en especial en la época de verano.
Según el último reporte del panel intergubernamental de cambio climático (IPCC, 2022), dependiendo de los antecedentes y el contexto de cada persona, los eventos climáticos similares pueden originar una amplia variedad de resultados en las personas que deterioran la salud mental, como, por ejemplo, el desarrollo de mayores síntomas de ansiedad, depresión, aumento de riesgo suicida, trastornos por uso de sustancias, problemas para dormir, aumento de episodios maniacos, aumento en el uso de camas en hospitales psiquiátricos y aumento de visitas a salas de emergencia por crisis agudas.
A esto se debe agregar, que las olas de calor disminuyen la eficacia de los fármacos para tratar ciertas enfermedades mentales como los antipsicóticos, que, a su vez, producen efectos secundarios como deshidratación, e incluso algunos fármacos actúan de manera diferente según la temperatura corporal y el grado de hidratación de una persona, como es el caso del litio (estabilizador del ánimo). El calor también altera la capacidad para pensar y razonar provocando fatiga mental y confusión en las personas, lo cual se ha visto relacionado con un aumento de comportamientos agresivos (menor tolerancia a la frustración y mayor impulsividad) e incluso al aumento en delitos violentos, disminución de la felicidad de las personas y bienestar subjetivo. Hay que agregar que los problemas de salud mental afectan a muchas personas cada día, por lo que es importante que vayamos entendiendo cómo la crisis climática afecta la salud mental y crear estrategias concretas y apoyos especializados para enfrentar las olas de calor.
En este sentido, aumentar el apoyo para la salud mental y bienestar psicosocial significa proteger a las personas que corren mayor riesgo ante los desastres y crisis socioambientales. Además de prestar mayor apoyo y protección, creo que es importante preparar nuestras ciudades para enfrentar este fenómeno y sus efectos en la salud mental, junto con entregar pautas claras para que los habitantes revisemos nuestros propios hábitos de higiene y de consumo que contribuyen a que las olas de calor se propaguen.
Finalmente, creo que se tiende a hablar mucho en psicología sobre la importancia de la influencia de los factores ambientales en el comportamiento humano, no obstante, gran parte de estos factores ambientales no son pesquisados debidamente a la hora de generar un tratamiento adecuado para las personas y su sintomatología o derechamente son invisibilizados, por lo que la adopción de un enfoque ecologista, holístico y contextual para ayudar a comprender el malestar de las personas y las familias se hace cada día más importante y oportuno, ya que el sólo hecho de cambiar la temperatura en una sala puede ayudar a aliviar una crisis o descompensación.
Escrito por Felipe Fuentes Perisic, Psicólogo clínico