En chile desde el 2018, cada último viernes de septiembre se celebra el día nacional sin automóvil y al menos en Santiago dejan algunos tramos de vías principales sin acceso a autos para dejar libre el paso a los ciclistas y peatones, algo parecido a la ciclorecreovía que en 4 años más celebrará 20 años de existencia.
La fórmula la conocemos, podemos salir libremente sin ruedas motorizadas a avenidas principales y trasladarnos de forma segura y sin la presión de un auto encima de ti, porque si, más que se nos ceda el espacio en un horario acotado de 5 horas cada domingo y un día al año gracias a la conmemoración del día del automóvil, pareciese ser que nos “tomamos” un espacio que pareciese ser exclusivo para este medio de transporte.
Nuestras ciudades se han trazado y transformado en pos de asegurar un sistema de vías funcional y eficiente, y si bien se han visto mejoras en redes de ciclovías, el tratamiento del espacio público para peatones y medios de transporte público, seguimos viendo como aumentan las autopistas, se ensanchan las carreteras y el resultado es claro, a mayor espacio para autos, más autos llegan.
Entonces que se busca realmente en Chile con el darle un día al año para su conmemoración, porque la incorporación de este día en nuestros calendarios debiese ir de la mano con mucho más que darnos unas horas de ser los “protagonistas” de la calle.
Sabemos que no todos pueden vivir cerca de sus trabajos, no todos son amantes de las bicicletas, algunos ni siquiera viven cerca de donde accede al transporte público, por esto mismo concuerdo con la importancia de tener una buena infraestructura vial y planes que eficienten las rutas, pero las medidas de desincentivo a este medio de transporte no están a la altura ni en financiamiento ni en planeamiento.
Se necesita mejorar la capacidad y calidad del transporte público, dejar rutas exclusivas solo para este, ser drásticos en quitarle espacios completos a las calles dentro de la ciudad y dejarlo al uso exclusivo del peatón. Todo esto acompañado de potenciar y financiar proyectos de auto compartido o arriendo de estos, proyectos que ya existen como AWTO, pero que está lejos de ser suficiente para abarcar la demanda.
Pero por sobre todo, debemos cambiar culturalmente el ver la compra del auto como un hito de éxito, porque para mucha gente efectivamente el auto es el medio más eficiente, pero no para todos. Esto es algo que dejamos pasar ya que para muchos es auto es algo que tenemos que llegar a tener en algún momento de nuestras vidas y a veces ni siquiera lo necesitamos.
Personalmente considero que debemos quitarle la mayor cantidad de espacio que podamos a los autos y dejar nada más que el necesario para suplir las distancias y el acceso donde el transporte público queda corto. Debemos tomar decisiones como sociedad que le quite el protagonismo al automóvil, que como la misma palabra lo dice “moverse a si mismo”, su traducción del latín, y darle el protagonismo a la movernos en conjunto.
Porque no importa que tengamos las mejores carreteras del mundo, que todos los autos sean eléctricos, seguiremos provocando daños colaterales y perdiendo espacios públicos o naturales que solo contribuirán en el deterioro de nuestra calidad de vida.
Podríamos tener “días” sin automóvil varias veces en el año, podríamos no necesitar los automóviles, podríamos optar a alternativas varias para nuestra movilidad.
Escrito por Camila Zapata
Imagen: Eco Liga