La norma, que tiene como uno de sus principales objetivos combatir la acumulación de residuos electrónicos, fue aprobada el pasado 26 de agosto. De paso, Chile se convirtió en el primer país de América en implementar una ley de este estilo.

Tras 28 meses desde su ingreso, el Congreso Nacional despachó a ley el proyecto que establece el uso de un cargador universal para aparatos electrónicos. Si bien no entrará en vigencia de manera inmediata, expertos señalan que la normativa tendrá positivos impactos en la salud planetaria.

Según datos de la agencia Branch, a 2021 habían cerca de 25,3 millones de dispositivos móviles en el país, incluyendo celulares, tablets y notebooks. Eso, de acuerdo a la moción presentada en abril del 2022, se traducía en una sobreacumulación de cargadores, a consecuencia de los constantes cambios que las mismas marcas generaban en sus productos.

“Esta ley es un avance hacia un consumo más sustentable, pues permitirá a los consumidores optar por no adquirir nuevos dispositivos de carga, lo que contribuirá a disminuir la producción de residuos electrónicos», sostuvo a través del sitio web del SERNAC, Andrés Herrera, Director Nacional del organismo.

Por su parte, Tamara Ortega, Directora Ejecutiva de Fundación Basura, destacó que «no se habla mucho de los residuos electrónicos ni de sus impactos. Esta ley ayudará directamente a poder disminuir esos residuos silenciosos».

Ya aprobado el proyecto, toca esperar que este entre en vigencia. Desde su publicación en el Diario Oficial, tendrá un plazo de dos años en el caso de los aparatos móviles celulares, y hasta cuatro para el resto de dispositivos, como audífonos o parlantes. Además, resta definir la clase de cargador. De momento, se especula que el cargador elegido será el USB tipo C, que es el que más se utiliza en Chile y en el mundo.

Pero, ¿qué beneficios tendrá para la salud planetaria esta nueva ley?

Disminución de los residuos electrónicos: el uso de un mismo cargador para todos los dispositivos electrónicos, permitirá a los y las usuarias no tener que comprar nuevos cargadores con cada aparato que adquieran. Por ende, en algún momento comenzarán a disminuir los cargadores desechados. Según La Tercera, en Chile se generan más de 200 mil toneladas anuales de residuos de dispositivos eléctricos y electrónicos.

Reducción de las emisiones de carbono: al disminuir la demanda por nuevos cargadores, es de esperar que haya menor producción de estos, lo que significará una disminución en las emisiones de carbono asociadas a los procesos de producción y transporte de estos productos. El Informe de Economía Digital 2024 elaborado por la ONU, estima que en 2020 el sector de las tecnologías de la información y la comunicación emitía entre el 1,5% y el 3,2% del total de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

Ahorro de energía: Al estandarizar los cargadores, también se podría optimizar su eficiencia energética, al tener, eventualmente, estándares más altos de eficiencia. Ello contribuiría a una menor pérdida de energía durante el proceso de carga.

Sumado a lo anterior, la aprobación de esta ley pone a Chile a la vanguardia del continente, con una normativa con estándares similares a los existentes en Europa, donde a fines de este año todos los dispositivos electrónicos que se comercialicen deberán incorporar un puerto de carga USB tipo C.