La mañana del 21 de diciembre del 2020 se presentó la Propuesta Hoja de Ruta Nacional a la Economía Circular para un Chile sin Basura 2020-2040. El documento propone 7 metas concretas y 32 iniciativas para alcanzar hacia el año 2040.

¿Por qué una hoja de ruta de economía circular para Chile?

Según el texto, Chile enfrenta una situación urgente respecto a cómo utilizamos y gestionamos nuestros recursos materiales. “Por un lado, estamos generando cada vez más residuos, la gran mayoría de los cuales terminan en rellenos sanitarios. Y, por otro lado, los actuales rellenos sanitarios cuentan en promedio con apenas 12 años más de vida útil”, advierte el documento. 

Además, agrega que “si no cambiamos este patrón, en los próximos años Chile necesitará construir y empezar a operar varios rellenos sanitarios nuevos –lo cual, sin duda, no es una solución sostenible, dados los altos impactos socioambientales que estas instalaciones tienen sobre los territorios en que se insertan-, generando rechazo por parte de las comunidades locales y provocando que sus periodos de desarrollo y construcción típicamente sean de más de diez años”.

El texto fue articulado por diversos actores: entre ellos el Ministerio del Medio Ambiente, el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) y la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC). De igual manera participaron diversas instituciones y fundaciones, entre ellas Fundación Basura. Esta organización, la cual tiene como propósito mostrar una mejor manera de vivir en equilibrio con nuestro cuerpo y entorno, tuvo una amplia participación en la confección de la Hoja de Ruta 2020-2040. Esto, a través de su colaboración en diversas áreas de trabajo, tales como el Comité Estratégico, en donde Macarena Guajardo, directora ejecutiva de Fundación Basura, cooperó directamente.

A su vez, esta organización participó en ejes que apuntaban a las barreras regulatorias, el desarrollo de mercados, educación y cultura, incentivos y desincentivos a la ciudadanía y las empresas, reúso y reparación, territorios circulares y economías locales, y en la mesa temática de valorización energética.

El escrito plantea que hasta ahora la economía a nivel mundial se ha basado en un modelo lineal. Este se basa en cuatro procesos: tomar, producir, usar y desechar. Este modelo resulta problemático, ya que supone que los recursos naturales y la capacidad de absorción de residuos del planeta son infinitos.

“La naturaleza, sin embargo, no funciona así”, explica el documento. En ella, tal como plantea Fundación Basura, “la basura no existe”. “Todo residuo que se genera, es aprovechado por algún otro organismo”, aclara el texto. De este modo, la economía circular propone una alternativa más amigable con el medio ambiente. Según la fundación Ellen MacArthur, organización líder en la materia a nivel global, la economía circular se basa en tres principios: mantener productos y materiales en uso por el mayor tiempo posible, regenerar los sistemas naturales y eliminar los residuos y la contaminación desde el diseño. Estas etapas se repiten cíclicamente, tal como plantea el nombre de este tipo de economía.

¿Cómo será el Chile circular del 2040?

Según la visión que plantea el documento gubernamental, Chile será “un país donde nada se pierde, todo se transforma para el bienestar de sus habitantes y el medio ambiente”. Además, se proyecta que “al año 2040, la economía circular regenerativa impulse a Chile hacia un desarrollo más sostenible, justo y participativo que ponga el bienestar de las personas al centro; esto, a través del cuidado de la naturaleza y sus seres vivos la gestión responsable y eficiente de los recursos naturales, y una sociedad que usa, consume y produce de manera sostenible y consciente, fomentando la creación de oportunidades para las personas y las organizaciones a lo largo del país”.

Las metas que propone la Hoja de Ruta Nacional son siete, las cuales están agrupadas en cuatro indicadores. Como primera meta, se aspira que, al año 2040, la economía circular haya generado 180.000 nuevos empleos en actividades de economía circular, y que al año 2030 estos hayan llegado a los 100 mil. Esta meta se encuentra dentro del indicador “Oportunidades”.

La segunda meta propone que, al año 2040, la generación de residuos sólidos municipales per cápita se haya reducido en un 20%, y que al año 2030 la reducción ya haya llegado al 10%. La tercera meta aspira a que, al año 2040, la tasa de reciclaje de residuos sólidos municipales haya alcanzado un 65%, y que al año 2030 esta tasa ya haya llegado al 30%. Ambas metas forman parte del indicador “Ciudadanía Circular”.

La meta número cuatro propone que, al año 2040 la productividad material del país haya aumentado en un 60%, y que al año 2030 este aumento ya haya llegado al 30%. La quinta meta pretende que, al año 2040, la generación de residuos por unidad de producto interno bruto se haya reducido en un 30%, y que al año 2030 esta reducción ya haya llegado al 15%. Como sexta meta, el documento propone que, al año 2040, la tasa general de reciclaje haya alcanzado un 75%, y que al año 2030 esta tasa ya haya alcanzado el 40%. Estas tres aspiraciones se encuentran dentro del indicador “Producción Circular”.

Por último, la séptima meta propone que, al año 2040, se hayan eliminado el 90% de los vertederos ilegales del país, y que al año 2030 esta reducción ya haya llegado al 50%. Esta última misión nace del impacto que los vertederos ilegales producen en quienes deben soportar vivir cerca de ellos.

Para lograr estas ambiciosas metas se plantearon 32 iniciativas. Estas están divididas en cuatro líneas de acción: innovación, cultura, regulación y territorios.

En cuanto a innovación, se proponen iniciativas como la promoción de Modelos Circulares, la cual tiene por objetivo difundir información y capacitar sobre las diferentes estrategias y modelos de negocio que promueve la economía circular.

En cultura, se impulsaron medidas como la implementación de un Sistema de Ecoetiquetado para Chile, el cual propone poner en marcha un sistema nacional de ecoetiquetado que ordene y estructure las iniciativas de etiquetado ecológico de productos y servicios ya existentes y por existir.

En cuanto a regulación, una de las iniciativas promueve una Normativa para Facilitar Aplicaciones de Economía Circular. Esto propone elaborar una serie de normas técnicas y regulaciones que establezcan requerimientos y estándares mínimos o faciliten aplicaciones de economía circular.

Finalmente, en torno a la línea de acción de territorios, una de las iniciativas es la Economía Circular para la Reactivación de los Territorios. Esto aspira a canalizar fondos de reactivación económica y fomento productivo hacia proyectos de economía circular regionales con alto potencial de generación de empleo.