La situación ambiental generalizada que vivimos hoy en día es crítica y se hace evidente a nivel nacional cada verano en nuestro país. La crisis climática está aquí y se intensifica año a año. El riesgo de los mega incendios es cada año mayor con consecuencias incluso de víctimas fatales y que empeoran las condiciones ambientales de las comunidades más afectadas.
En el sur de Chile, una de las condiciones que hace un territorio más propenso a los mega incendios, es la presencia de plantaciones forestales1 Sin embargo, el sector forestal se publicita como una solución a la crisis climática y como un sector beneficioso para el ambiente. Durante años sostuvieron la campaña publicitaria “Bosques para Chile”, con la cual lavaron su imagen promoviendo la idea de que las plantaciones forestales son lo mismo que el bosque (nativo), cuando en verdad son diametralmente opuestos tanto en características como en sus efectos sobre el ambiente2.
Coca Cola Company, es otra gran empresa que usa la publicidad para lavar su imagen. Cierra los ojos y piensa en un comercia de Coca Cola ¿Qué ves? Probablemente a alguien empinándose una botella de Coca Cola helada de vidrio. Esta transnacional simplemente se promueve con un producto que prácticamente no ofrece, invirtiendo 4.000 millones de dólares en publicidad cada año mostrando imágenes donde se usan envases de vidrio cinco veces más que lo que la transnacional los ofrece en la vida real. Un enorme gasto para ocultar la verdad: que Coca Cola produce una de cada cinco botellas plásticas desechables liberadas en el mundo, y ha sido nombrada la empresa más contaminante del mundo por seis años consecutivos.3
La industria del plástico ha evitado por décadas la implementación de normas de prohibición de productos plásticos desechables, promoviendo la idea de que el plástico es reciclable y que lo que necesitamos es elevar las tazas de reciclaje, cuando de todo el plástico que se fabrica, solo aproximadamente el 10% es efectivamente factible de reciclar .4
La empresa WTE Araucanía que pretende instalar un incinerador de basura en Lautaro, publicita su proyecto diciendo que quemarán solo la basura no reciclable, cuando el proyecto no contiene ninguna etapa de separación de los residuos reciclables y por lo tanto es imposible que los identifiquen y separen antes de la entrada al horno-parrilla.5 La empresa además ha pagado insertos en grandes medios de comunicaciones intentando borrar de la memoria pública el amplio y transversal rechazo que ha tenido el proyecto que acumula más de 17.000 observaciones ciudadanas en su contra, publicando que el proyecto “fue impulsado por la ciudadanía” .6
Para qué hablar de los términos “eco”, “bio”, “circular” “verde” que ya perdieron todo significado.
Todas estas acciones de lavado de imagen no solo confunden a la ciudadanía sino que permiten que se perpetúen las prácticas contaminantes y destructoras del ambiente, ya que generan un ambiente de permisividad y no permiten ver con claridad los impactos ambientales potenciales ni ya generados, impidiendo también su prevención, control y remediación. Es tremendamente importante por tanto la aprobación del proyecto de ley que sanciona el greenwashing (boletín 15.044-12), si lo que queremos es realmente avanzar hacia la protección del ambiente, y promover en las consumidoras y consumidores hábitos realmente responsables sobre la base de información clara y confiable.
La industria suele culpar a la ciudadanía por la crisis ambiental, sin asumir su propia responsabilidad y evitando con el lavado de imagen que se identifiquen sus empresas con los problemas ambientales que generan. La industria no asumirá su responsabilidad si no se le obliga, y para ello necesitamos que el sector político apruebe leyes que avancen en la protección ambiental. Si los tres sectores asumimos la responsabilidad que nos cabe, podremos eventualmente detener la triple crisis planetaria que hoy se sufre, de manera desigual, en todo el planeta.
Alejandra Parra Muñoz, máster en Planificación de la Universidad de Otago, Bióloga en Gestión de Recursos Naturales, co-fundadora de la Red de Acción por los Derechos Ambientales RADA.