Julieta ha luchado desde los 15 años para mejorar la grave situación medioambiental que se vive en el mundo. En el 2019 creó su propia asociación, que está presente en 18 países en el mundo, llamada “Tremendas”, con el fin de conectar a quienes como ella están buscando de manera activa mejorar el mundo.
Cuando tenía diez años participó de una marcha para pedir que las bombas de diabéticos fueran parte del plan AUGE. Ella es insulina dependiente y en ese momento se dio cuenta de la suerte que tenía, ya que su familia podía costear este tratamiento, pero habían muchas personas que no contaban con esto. Desde ese momento de reflexión, y apoyada por su madre, Julieta asistió al evento de innovación Fiis, lugar donde encontró muchas charlas que la apasionaron y la motivaron a actuar.
Con la creación de Tremendas, Julieta ha participado activamente en la congregación de jóvenes que tienen interés en trabajar para lograr un desarrollo sostenible. Mediante activaciones y charlas, esta organización busca unir y hacer participar a más personas de su generación en esta lucha.
Para la joven, en el pasado la humanidad vivió la censura de muchos temas de suma importancia como es la protección de los ecosistemas. Antes no se entendía la importancia de hablar sobre estos temas que cada vez están tomando más relevancia en Chile, como es el cambio climático, y de buscar soluciones para estos problemas. Muchas veces hablo con sus padres sobre esto y ellos le respondieron que en ese tiempo existía un miedo de hablar sobre esto y que también, existía mucha incertidumbre sobre el futuro.
Además, afirma que la vuelta a la democracia generó que se pusieran en la palestra otros temas “más importantes” para la sociedad. “Existía un tema de prioridades, en ese momento, el tema del medio ambiente pasó a prioridad mucho tiempo después, Chile vivía procesos importantes que dejaban de lado esto”.
Julieta menciona que fueron muchas las generaciones responsables en mantener un país con una megadiversidad como podemos verlo en la actualidad. Sin embargo, es clara al afirmar que existía una falta de protección y conciencia respecto a estas problemáticas medioambientales. Todavía existe un gran problema relacionado con la educación del país, es más, en su organización utiliza constantemente la frase: “Una persona educada no solo mejora su calidad de vida, sino que le permite cambiar el mundo”, para incentivar el querer aprender.
Martínez menciona que en la actualidad se han debido redefinir distintos temas como la forma en la que entendemos la política, la economía, etc. Todo esto, a raíz de la pandemia que ha afectado al mundo. Para ella, hay temas que deberían haberse tocado antes, pero que se dejaron “olvidados”, como fue el proyecto de Escazú que finalmente fue aprobado por el Senado durante la jornada del 31 de mayo, que sin duda, esto ha significado un avance en materias medioambientales.
El olvido de muchos proyecto o leyes ha generado un sentimiento de rabia y angustia que se ha visto reflejado en las movilizaciones que han realizado los jóvenes en Chile para poder generar cambios, Julieta recalca que esto ha sido muy importante. “Para mí la generación Z es una generación bien movida que no sólo crítica, sino que da soluciones concretas”, manifiesta.
Con respecto al futuro, la joven cree que se vivirá con mucha incertidumbre como se ha vivido hasta ahora. Recuerda que en sus participaciones en la COP 25 Y COP 26 pudo ver la manera en la que se han tratado estas crisis, que para ella no se ha tratado con la importancia que se debe. Julieta menciona que todavía se ve al ser humano con la punta de la pirámide y que esto debería cambiar ya.
En relación con lo anterior, Julieta afirma que tiene mucha relación con la forma en la que se utilizan las palabras. “Es muy distinto hablar de reducir, que hablar de eliminar. Es distinto hablar de reducción gradual, que eliminación gradual”, ejemplifica. Para ella es importante que se generen proyectos con grandes ambiciones, en los cuales, se desarrollen soluciones concretas. También, es necesario hablar del problema real, el problema de raíz, que Julieta identifica como los combustibles fósiles.
Por otro lado, para la joven activista el respeto hacia las generaciones más pequeñas es fundamental. “Espero de todo corazón, que en el futuro a mí me va a tocar ser la adulta responsable y espero que en ese minuto ya no tenga que ser activista, pero no porque no me guste el activismo, sino porque no sea necesario”, dice.