Visité Chañaral de Aceituno pensando que lo más crítico era el proyecto Dominga, sin embargo, luego de descubrir toda la fauna hermosa del sector del Archipiélago de Humboldt quedé impactada con el escenario con el cual nos encontramos a la vuelta… la extracción de algas, específicamente huiro, que estaban cargando bote tras bote en camiones. Conversando con las personas locales, nos comentaban que la causa de esto es el alginato.
El famoso alginato, polisacárido presente en las paredes celulares de las algas, al tener propiedades espesantes y gelificantes tienen un uso muy variado, siendo parte de una amplia gama de industrias, entre ellas la alimenticia, médica, textil, cosmética, farmacéutica, vitivinícola, minera, entre otras. Esto, ha generado una enorme demanda de esta alga, por lo que hoy Chile es el principal productor de macroalgas de occidente, exportándolo luego al gran demandante, nada más ni nada menos que China… También hacia Japón, Noruega y Francia.
Antes, estas algas se recolectaban cuando varaban naturalmente en las costas, sin embargo, la alta demanda hizo que comenzara a utilizarse la desvergonzada técnica llamada barreteo, la cual con un chuzo cosecha el huiro completo desde el sustrato rocoso, sacándolo de raíz y llevándose con ello todo el ecosistema que el alga alberga y cuida. El impacto es muy difícil de dimensionar al no poder verlo a simple vista, pero considerando que estas algas incluso pueden llegar a medir 50 metros, ¡sabemos que un conjunto de ellas forma bosques submarinos hermosos e impactantes!, los cuales se están transformando en zonas desiertas dada su baja tasa de renovación cuando se extrae de raíz esta especie. Comentan que “un mapeo satelital, publicado recientemente por la científica chilena Alejandra Mora, muestra que hay zonas de la costa que han perdido hasta 50% de sus bosques de huiro”.
Por esto, el barreteo es una práctica con mirada totalmente cortoplacista, donde el gran fin es generar venta al máximo sin considerar ni entender la manera en que se regenera esta especie y el impacto de la fauna que en ella habita. Los esfuerzos actuales no están siendo suficientes para cuidar este hermoso ecosistema y nos faltan conocimientos para tener prácticas sostenibles.
Estudios comentan que las algas pardas se consideran vitales para la producción de oxígeno y la regulación de la temperatura, ya que logran capturar cerca del 40% de CO² , algunos incluso postulan que podría llegar a aportar más oxígeno que los bosques terrestres.
Por otro lado, esta práctica arrasa con el hábitat que se encuentra en los huiros, según investigaciones, comentan que pueden albergar más de 150 especies, las cuales utilizan estas algas como nidos, zona de reproducción, fuente de alimento, refugio e incluso permite la respiración de algunos de ellos. Altísimo es el impacto, ¡al nivel de que se comenta que solo en el disco adhesivo del alga se pueden encontrar más de 40 especies!
Según ciertas fuentes, se comenta que el efecto ya se está notando, dado que ciertas especies no se han vuelto a reproducir, esto porque no se están reforestando las zonas afectadas y se está perdiendo la biodiversidad que ahí se encontraba. Lo fuerte de esto es que incluso desde 1834 ya se reconocía la importancia de este ecosistema, lo cual se ve con la mención que Charles Darwin realizó: “Entre las hojas de estas plantas viven numerosas especies de peces en que en ninguna otra parte podrían hallar alimento y abrigo”.
Considero crítica que una práctica tan brutal esté permitida aunque sea por cuotas. Es un tipo de técnica que debería ser sustituida por una gestión responsable y sostenible, que dé espacio a su regeneración, de lo contrario estamos destruyendo un gran valor de nuestro país sin siquiera entenderlo en su cabalidad.
Sabemos que las algas tienen un tremendo rol al ser la base de las tramas tróficas, sin embargo por su alta demanda, baja fiscalización para confirmar las gestiones actuales y la práctica ilegal de esta técnica estamos generando daños irreversibles.
Actualmente se está gestionando un proyecto de ley que prohíbe el “barreteo” y otras técnicas similares para la extracción de algas, esperemos que se concrete pronto y que cada uno de nosotros y nosotras, desde el rol que tengamos en la sociedad, seamos conscientes de que esto ocurre y aportemos por cuidar este ecosistema que se está viendo fuertemente vulnerable por la fiebre del huiro.
Si ves extracción ilegal, por favor denuncia al 800320032 o redes sociales de Sernapesca.
Por: Andrea Figueroa Sepúlveda