La primera semana de diciembre coincidió con la última de las cuatro intervenciones realizadas en la feria libre Tercer Sector Gómez Carreño, en la comuna de Viña del Mar, donde se lograron recuperar más de dos toneladas de residuos orgánicos
Esta iniciativa, que busca recuperar alimentos de segunda selección, contó con la colaboración de Fundación Basura, Gastronomía Social, y la Dirección de Desarrollo Turístico y Económico y la Dirección de Seguridad Pública de la Municipalidad de Viña del Mar.
De los 2.080 kilos de residuos orgánicos recuperados, unos 574 estaban aptos para el consumo humano. Una parte de ellos fueron donados al programa Minga, que capacita a mujeres en la elaboración de conservas y encurtidos, y el resto fue donado a comedores solidarios de la comuna, a través del condominio microempresarial de Viña del Mar.
En tanto que los 1.506, kilos que no estaban aptos para consumo humano fueron enviados para ser utilizados como alimento para animales.
Nuestra directora ejecutiva, Tamara Ortega destaca que la recuperación de alimentos en las ferias libres “no solo nos ayuda a combatir y visibilizar el desperdicio de alimentos, sino que también nos da el espacio de crear oportunidades. Ahora, estas mujeres emprendedoras convertirán algo que era un residuo en exquisitos productos, creando valor económico y social a partir de lo que parecía perdido”.
Por su parte, Catalina Núñez, coordinadora del programa Minga Fundación Gastronomía Social señala que el proyecto “nos llena de orgullo, especialmente al ver cómo mujeres jefas de hogar se empoderan, crean lazos que perduran en el tiempo con más mujeres y con los feriantes y, descubren nuevas formas de aprovechar los alimentos rescatados”.
Catalina releva que las mingueras de Viña del Mar el trabajo conjunto de las mangueras con el chef viñamarino Eliezer Jara, “quien compartió su experiencia para enseñarles a crear una variedad de productos innovadores”.
Entre las recetas estuvieron mermeladas de zapallo italiano y pera, cerezas en almíbar, pickles de rabanitos silvestres, “y un delicioso chutney de sandía y pimentón, además de otras mezclas creativas que combinan sabor, sostenibilidad y emprendimiento”, describe Núñez.
Por último Catalina dice que la colaboración con Fundación Basura “ha sido clave en este proceso, demostrando cómo dos organizaciones pueden unir esfuerzos para maximizar el impacto de un proyecto. Agradecemos especialmente a la Municipalidad de Viña del Mar por confiar en esta iniciativa, permitiéndonos promover la economía circular y fortalecer a las comunidades desde el rescate de alimentos hasta su transformación en productos únicos y de valor”.