Somos lo que hacemos – Fundación Basura
Fundación Basura y NotCo recolectarán y donarán alimentos que sean desperdiciados en una feria de Macul
20 julio 2022
Re-inventarnos: ¿Puede el cambio en los intereses individuales afectar el gran consumo?
21 julio 2022
Show all

Somos lo que hacemos

Por Felipe Lobiano

Hemos fabricado, construido y sintetizado casi todo lo que podemos imaginar. De la mano de las artes y de la tecnología desarrollamos teléfonos, edificios, vacunas y naves espaciales, todos elementos necesarios para el progreso y el desarrollo. De alguna manera llegamos al antropoceno. En la revolución industrial no lo imaginamos, pero ahora que tenemos tantos antecedentes como estrellas en el cielo, ¿podrá la tecnología solucionar lo que la tecnología ocasionó?

Actualmente la rutina de cada ser humano tiene componentes tecnológicos involucrados, desde la electricidad, cubiertos, relojes y celulares, como también podemos ver que los animales han adaptado sus conductas como las aves y los tendidos eléctricos, las ballenas y los buques mercantes o cualquier especie que quiera adaptarse a la modernidad, ¿es este planeta solo para los humanos? “El hombre, mediante su razón, podía hacer uso de las criaturas más imperfectas como ayuda para conseguir su fin último; el hecho de exigir el uso de la razón para la aplicación de unos medios en la obtención de un fin concreto desterraba, al mismo tiempo, la posibilidad de un uso arbitrario”. En esta idea se apoyó Dietrich von Hildebrand para afirmar que “el humano que sabe respetar el entorno no impone al mundo su propio yo, sino que deja el espacio necesario para que todos los demás seres puedan ser plenamente” (Megías, José, 2014). 

Es momento de cambiar el foco, de realizar nuevas preguntas para proteger a quienes siempre afectamos con nuestras respuestas y soluciones pero que, al no hablar nuestra lengua ni verse como personas, no consideramos en nuestras ecuaciones: los demás seres vivos. Los beneficios de la tecnología son vividos por pocas personas y los residuos y emisiones de la misma son repartidos de forma heterogénea en vertederos, relaves o ductos de desechos de las industrias que sostienen nuestra sociedad de consumo y de confort. 

Iniciativas como la agroecología permiten ser responsables con nuestra alimentación, con los animales, insectos y el suelo del territorio. Como ésta, iniciativas de economía circular , de diseño sustentable y de prácticas ecológicas responsables permiten avanzar en esta inercia del desarrollo con el optimismo de que estamos abordando nuestro presente, pero, ¿lo estamos abordando realmente? ¿Es nuestro presente la acumulación de nuestras acciones pasadas? ¿Es nuestro futuro todo lo que no estamos dispuestos a ceder actualmente en nuestra vida?

La contaminación que hemos producido desde en los últimos 30 años, versus los últimos 269 años, la velocidad de crecimiento y, a la vez, de contaminación sólo aumenta. Por esto, necesitamos un cambio a nivel planetario. 

Construir un entorno biocéntrico, respetuoso y recíproco puede ser una gran forma de abordar la crisis climática global, consumir lo que necesitamos, respetar la naturaleza que por cientos de años hemos depredado y usado a nuestro antojo, sería un gran punto de partida para co-construir un futuro donde todas las especies que quedan, puedan vivir.