Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, cerca del 58% del total de residuos que generamos día a día corresponden a orgánicos. Considerando esa estadística, el reciclaje surge como una técnica eficaz para gestionarlos y, con ello, ayudar a disminuir la contaminación. Si bien todos tienen el mismo objetivo, existen diversos tipos.
La Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos 2040, impulsada por el Ministerio de Medio Ambiente (MMA), tiene como objetivo valorizar cerca del 66% de los residuos orgánicos municipales que se generan. Muy lejos del 1% que se logra valorizar actualmente, y, una práctica que puede ser vital para alcanzar esa meta es su correcta gestión.
Esta práctica consiste en volver a darle valor a los restos alimentos, cáscaras de frutas, tallos de verduras, hojas y residuos de jardín, entre muchos otros. Al final del proceso, sin importar la técnica que se utilice, se obtiene como resultado un abono, un producto rico en nutrientes que puede mejorar significativamente la calidad del suelo.
Los beneficios que trae consigo este ejercicio son: la reducción de residuos, ya que los orgánicos representan más de la mitad de la basura domiciliaria que se genera a diario; enriquecimiento de los suelos, debido a que el resultante del proceso tiene la cualidad de entregar nutrientes esenciales a la tierra; y mitiga el cambio climático, al evitar las emisiones de metano que los orgánicos producen cuando terminan en rellenos sanitarios junto a la basura común.
Este método es el ideal para quienes viven en casa y cuentan con patio. Su resultado se llama compost, y este puede demorar entre tres y cinco meses en estar listo. Se basa en la acción conjunta de microorganismos como bacterias, hongos y otros descomponedores, que desintegran los materiales en un ambiente controlado con la cantidad adecuada de aire, humedad y calor.
El proceso se realiza a través de la acumulación de residuos orgánicos en pilas o contenedores de compost, llamados composteras. Restos de frutas y verduras, hojas secas, recortes de césped y cáscaras de huevo, son algunos de los muchos residuos orgánicos que se le pueden agregar a las composteras.
Para asegurar un resultado óptimo es necesario mantener un equilibrio entre orgánicos ricos en nitrógeno, como los restos de alimentos, y orgánicos ricos en carbono, como lo son las hojas secas o el cartón. A este formato, se le conoce coloquialmente como lasaña, ya que se trata de dejar una capa de restos secos y otra capa de restos húmedos, para darle equilibrio.
Respecto a las composteras, es posible afirmar que permiten que el proceso sea más rápido, al preservar de mejor forma el calor y, al mismo tiempo, generar una buena oxigenación de los residuos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, al necesitar de una conexión a tierra, producto de los líquidos lixiviados que se generan, no es posible tenerlas en departamento.
Pamela Bravo, fundadora de Compostera, asegura que aunque la inversión inicial en una compostera y los materiales para su uso significan un gasto, “los ahorros en fertilizantes, y la reducción en los costos de eliminación de residuos pueden hacer que sea rentable a largo plazo”.
También existe la posibilidad de confeccionar una compostera en casa, a partir de materiales reutilizados. El paso a paso lo puedes encontrar en nuestra más reciente publicación “La Basura No Existe”, que puedes adquirir en este link.
Otra alternativa para reciclar los restos de orgánicos es el vermicompostaje o lombricultura, donde las protagonistas de la descomposición de la materia orgánica son las lombrices rojas californianas. Estas lombrices, que destacan por su capacidad de consumir cualquier resto orgánico vegetal, se alimentan de los orgánicos desechados y, a partir de este, generan un abono llamado Humus de lombriz.
En este caso, el proceso puede durar de tres a tres meses y medio, puesto que los hongos y bacterias descomponen de tal manera la materia orgánica que las lombrices se comen los restos en descomposición creando este humus. Si las lombrices están en tierra o vermicompostador, mientras tengan alimento a su disposición, se seguirán reproduciendo y fabricando humus.
Esta es la técnica ideal para quienes viven en departamentos o espacios reducidos, ya que solo se necesita un lugar donde instalar la vermicompostera, que es el recipiente cerrado donde las lombrices hacen su trabajo.
Este método es utilizado para el tratamiento de diversas cantidades de residuos, lo que dependerá de la capacidad del biodigestor o el número con el que se cuente de los mismos. Si bien pueden ser utilizados a nivel municipal, e incluso industrial, en el caso de las plantas de biodigestión, también existen alternativas y modelos que se adaptan a las necesidades domiciliarias.
El proceso consiste en mezclar los restos orgánicos en un depósito cerrado, hermético e impermeable, llamado biodigestor, lo que permite que la materia se degrade sin presencia de oxígeno. Ahí, gracias al trabajo de microorganismos, los orgánicos se transforman en biogás y digestato.
El biogás sirve como combustible, que se puede utilizar para la obtención de energía térmica y eléctrica. Por su parte, el digestato es el material residual que resulta de la biodigestión, y normalmente es empleado como fertilizante.
Reciclar los restos de orgánicos se ha vuelto cada vez más común, y las técnicas para obtener el abono son muchas y muy variadas. Si te interesa entrar en este mundo, y de paso contribuir a proteger la salud planetaria, te invitamos a visitar nuestro sitio web, donde podrás encontrar emprendimientos como Reutil, Compostera.cl o Trünkay Composteras, que son parte de la Red de Fundación Basura, y que tienen como objetivo facilitar la gestión de residuos orgánicos en domicilios.
Además, dentro de nuestra Red de Emprendimientos podrás conocer otros como SurCo y Namuntu Lombriclub, que tienen servicio de recolección de orgánicos a domicilio. Gracias a ellos, solo tendrás que preocuparte de separar los residuos. Del resto, se preocupan ellos.
Y si deseas aprender más sobre cómo diferenciar los tipos de residuos, su relación con la crisis climática y cómo gestionarlos de la manera correcta, te invitamos a inscribirte en nuestro curso “Escalas del Reciclaje Orgánico”, disponible en Udemy. ¡El curso es totalmente gratuito!
Alternativas hay muchas, así que te invitamos a elegir una, y sumarte a quienes cuidan la salud planetaria.