Por Macarena Guajardo Mavroski / Directora ejecutiva y fundadora de Fundación Basura
Octubre, octubre, Octubre. Un mes lleno de emociones pues acabamos de pasar por una semana de festejos y cumbia (si tuvieron ese privilegio), se acerca el cierre del año y, más interesante aún, uno de los meses con la mayor cantidad de efemérides socio ambientales en el calendario, sumando además la conmemoración del estallido social de Chile.
Estas -el día nacional del medio ambiente (2), día mundial del hábitat (3), día mundial de los animales (4), día mundial de la alimentación (16), día de protección de la naturaleza (18), día del forjador ambiental (18), día internacional contra el cambio climático (24) y día mundial de las ciudades (31) – si bien son variadas, tienen algo en común: la basura.
Pero, ¿por qué sería la basura un punto en común de cuestiones tan variadas como la alimentación y las ciudades?. Porque precisamente la basura, es un núcleo articulador de la mayoría – en mi cabeza, todos – de las problemáticas que enfrentamos como sociedad. Y es que si nos tomamos unos minutos para reflexionar en torno a tan soberbia afirmación de mi parte, podremos encontrar que todos los caminos nos llevan a ella.
El habitar un mundo contaminado, el ver animales pereciendo por ingesta de residuos, el que nuestros alimentos pueden contener microplásticos, que la naturaleza necesite ser protegida para funcionar en equilibrio, el que cada día haya más personas con ganas de aprender a proteger nuestra salud planetaria y cómo todas las anteriores se relacionan con la Crisis Climática; el reconocer las ciudades como el espacio de encuentro donde se generan y transportan estos residuos. Es que la basura, tanto en su forma física como conceptual, está afectando cada una de las esferas de nuestra vida y la de las futuras generaciones.
Y no, no estoy pidiendo, a través de esta columna, crear una nueva efeméride que se llame Día Mundial de la Basura (sería lindo igual, o no?) sino que comprendamos que existe una vía directa, rápida y eficiente de hacer frente a la Crisis Climática, proteger la naturaleza, cuidar nuestra alimentación y a los animales con quienes compartimos este hermoso e increíble planeta: nuestro basurero.
Por eso, te invito, si has llegado hasta aquí, a revisar tu basurero y ver con qué te encuentras; qué puedes reemplazar, qué puedes reciclar o compostar y, más importante aún, decidir contribuir. Si no tienes tiempo, puedes donar tu dinero a estas causas, si no tienes dinero, puedes donar tu tiempo a través de voluntariado, si no tienes ninguna, puedes seguirnos en Instagram o cualquier red social que tengas a mano.
Lo importante no es hacerlo todo, sino simplemente hacer algo.